"Las batallas en el desierto" de José Emilio Pacheco (extracto)

 Ejercicio. Miércoles, 18 de Agosto del 2021.

Oraciones en primera persona del plural:

Íbamos a ver películas de Errol Flynn y Tyrone Power, a matinés con una de episodios completa: La invasión de Mongo era mi predilecta. Estaban de moda Sin ti, La rondalla, La burrita, La múcura, Amorcito Corazón.

Escribíamos mil veces en el cuaderno de castigos: Debo ser obediente, debo ser obediente, debo ser obediente con mis padres y con mis maestros.

Nos enseñaban historia patria, lengua nacional, geografía del DF: los ríos (aún quedaban ríos), las montañas (se veían las montañas). 

Nuestros libros de texto afirmaban: Visto en el mapa México tiene forma de cornucopia o cuerno de la abundancia.

Mientras tanto nos modernizábamos, incorporábamos a nuestra habla términos que primero habían sonado como pochismos en las películas de Tin Tan y luego insensiblemente se mexicanizaban: tenquíu, oquéi, uasamara, sherap, sorry, uan móment pliis.

Empezábamos a comer hamburguesas, pays, donas, jotdogs, malteadas, áiscrim, margarina, mantequilla de cacahuate.

Nuestros padres se habituaban al jaibol que en principio les supo a medicina.

Oraciones donde se describen lugares:

 El centro de la ciudad se convertía otra vez en laguna, la gente iba por las calles en lancha. 

Los ríos (aún quedaban ríos), las montañas (se veían las montañas). Era el mundo antiguo. Ciudades limpias, sin injusticia, sin pobres, sin violencia, sin congestiones, sin basura. Para cada familia una casa ultramoderna y aerodinámica (palabras de la época). A nadie le faltaría nada. Las máquinas harían todo el trabajo. Calles repletas de árboles y fuentes, cruzadas por vehículos sin humo ni estruendo ni posibilidad de colisiones. El paraíso en la tierra. La utopía al fin conquistada.

Párrafo adaptado:                                                                                                                           

Fueron los años del covid: todos usando cubrebocas, la gente trabajando a distancia, escuelas vacías  y niños tomando clases desde casa; de los hospitales llenos: en todo el país morían miles de personas enfermas; de las inundaciones: varias alcaldías de la ciudad se convertían en lagunas, la gente intentaba cruzar las calles en sus autos y obviamente no lo lograban. Dicen que está próximo el regreso a clases y a la nueva normalidad, a pesar de que los contagios siguen sin bajar. 

Esperemos que pronto podamos volver a nuestra vida, porque después de casi 2 años, ya vivimos hundidos en la desesperación.